Del taller en la Universidad Jean Piaget
...no quiero mi media naranja, quiero mi naranja entera...
La impaciencia le atormentaba invitándole a crear actividades para entretenerse.
Sólo existe una manera en la que deben suceder las cosas.
Un deleite nauseabundo.
Si un diseño no se siente bien en el corazón lo que dice el cerebro no importa.
Constantemente pensaba que el éxito estaba a la vuelta de la esquina.
Y todo esto es tan bonito que no quisiera que termine.
Una locura suprimida.
Mirando por la ventana, mirando el hada que se reflejaba.
Cuando ambos, amor y odio, están ausentes, todo se vuelve claro y diáfano.
Miraba por la ventana esperando que llegara una respuesta.
Me gusta tanto reír que a veces no puedo controlarme.
En el agua cristalina de peces enamorados.
Deja que las cosas ocurran, no las forces.
Así, tomando la decisión, cambió drásticamente de camino, queriendo creer que esta vez era el correcto.
Y en mi mente ya me dije que debo ser algo grande.
Contábamos historias para entretenernos mientras esperábamos a que llegara el momento ideal.
En ese momento el conejo tomó un cohete y viajó a la Luna.
En el reflejo de la puerta.
Y mordimos el pastel al mismo tiempo, por suerte alcanzaba para todos.
Pero los volantes de toastmaster no fueron impresos por culpa del sol.
Riéndose de un hermoso accidente.
Del taller en Mandrake
Cada día de mi vida es diferente gracias a ti.
¡Pensando en la inmensidad de las letras!
Recapitulé todo lo que había hecho y lo que tenía que ser.
¿Eso te hace sentir mejor?
Cada minuto que pasaba sentía que las ideas se me iban relajando.
Y simplemente todo cambió al despertar.
Quiero viajar pronto... a donde sea...
Generalmente traigo conmigo la libreta, por si acaso.
Y ahora no sé que hacer.
Porque después de todo, todos somos uno mismo.
Encontré tan relajante enterarme de tu existencia.
Estaba en medio de la agonía hasta que pude despertar.
Así solamente soy feliz.
El juego de las palabras nos deja grandes aprendizajes.
Del taller en La Morada
Los cocodrilos astronautas viven en el océano.
vida, vida infinita llena de amor, gozo. Vida y amor.
Los sillones se mueven y mueven, bailan y hablan.
La vida es bella sólo hay que vivirla.
El sentimiento tan ambiguo que me da su ausencia; ¡están sin estar!
El tren llegó a la estación justo a tiempo, Saly estaba feliz.
Creo en realidad que de todos podemos aprender algo.
En sus ojos veo mi horizonte.
Me enoja que traten de disuadirme de entender algo.
La noche ciega sin estrellas.
Y es ahora cuando este cuento deja de tener sentido.
Las ventanas atraen su mirada, es imposible alejar la vista de ellas.
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